Todas las que hemos transitado incansablemente el circuito bolichero y hemos llegado por millonésima vez a la conclusión de que "no, evidentemente acá no voy a conocer a nadie que me guste", nos damos cuenta que los recursos para conocer personal femenino se reducen muchísimo. Si no vamos a conocer a nuestra tipa en estos palacetes del desenfreno y la música pop, ¿entonces dónde?
Aunque una debería tener muy en claro que en un lugar de esa índole, lo que probablemente encontrará es gente que disfrute del desenfreno y la música pop, con lo cual ¿para qué iniciar la búsqueda si a una todo eso no le gusta? Porque tenemos la ilusión de que alguna descolgada haya caído al bolichín por pura casualidad, como nosotras. Pero eso, aseguro, casi nunca pasa.
Entonces el plan B por excelencia es meterse en una de esas páginas de perfiles (que han tomado la posta después de la decadencia de los chats) y buscar una jermu por catálogo. Lo bueno de esta faena es que ya tenés la data necesaria para darle el visto bueno a las tipas que tengan los mismos intereses que vos y mandar a volar a todas las demás sin que se enteren.
Lo primero es armarse un Perfil de usuaria.
DATOS DE TU PERFIL
Nombre: Las más cancheritas, de años de yuyeo cibernético, ya tienen un sobrenombre preparado para estas circunstancias. Mejor agarrar a las que usan su nombre real, al menos a esas les queda todavía algo que no es sintético. Yo, por supuesto, siempre tuve sobrenombe.
Título de tu perfil: En este espacio generalmente tenés la posibilidad de poner alguna frase que te guste para tentar a los buitres, porque en general, en el listado de perfiles disponibles lo que se muestra son 3 cosas: tu nombre, tu foto y tu frase (y si eso llama la atención, entrarán a tu perfil a leer qué más sos). Así que hay que ponerse muy creativa con esta frase porque es uno de los primeros filtros por los que pasa tu identidad en esta vidriera virtual. Podés poner cosas como:
- "Hola chicas, las invito a conocerme" (frase que habla por sí misma: chonga, simple y a los bifes)
- "Soy una persona muy alegre" (¡fushhh! especialmente si va acompañada por la foto de un gatito o ella con un oso de peluche).
Mayormente sucede que la gente elige poner una frase de una canción o de un libro. En ese caso, la decisión es fácil: si te gusta la frase que citó ya tiene el primer "ok" (en mi caso lo importante sería que no cite frases de reggetón o de Arjona). Si no tenés idea de quién es la frase que se puso la tipa, lo más piola es googlearla y después hacerte la canchera como que sí, obvio que sabías que esa frase era de García Lorca.
Detalles personales: Absolutamente innecesarios. Lo que se te pide es que te describas. La descripción física no sirve: para eso está tu foto. Y si no pusiste foto, tu perfil va a tener muy pocas visitas. Volveré sobre el asunto de la foto más adelante. Y sobre la descripción de tu persona mental/espiritual, por favor, que alguien me diga si sabe describirse exacta y unidimensionalmente. Porque si diez palabras pueden resumir el vasto abanico de emociones que nos componen, entonces no sé ni para qué hago terapia. Algunas lo que hacen es poner "No sé cómo soy, decímelo vos!", lo cual es peor, porque una cosa es que te cueste elegir las palabras que te describan y otra muy diferente es no saber en absoluto cómo sos y estar invitando a las demás a que te lo digan. Triste.
Hobbies: Finalmente empiezan las preguntas más útiles. Lo malo es que la pregunta por los hobbies plantea un dilema existencial. Te hace cuestionar tu vida más de lo que creés. Porque acá es donde pensás en lo que te gusta hacer además de trabajar y fumarte un porro con tus amigos. Si estás haciendo algunos talleres o cursos, zafaste. Acá es donde lo ponés y quedás divina. Pero si leés cada vez que te acordás, escribís pero sos una colgada, te cabe el cine pero no sabés mucho, al teatro vas sólo si te invitan, taller de pintura hiciste cuando tenías 10 años y música conocés de oído pero de tocar instrumentos nada, entonces estás perdida. Podés mentir, claro. Y decir que leés, escribís, vas al cine, al teatro y alguna vez estudiaste pintura. Eso es lo que hacemos. Mentimos para parecer más interesantes de lo que somos. Y ahí viene el drama existencial de cuestionarnos para qué vivimos si no nos gusta nada y qué es la vida y todo eso. Y como no podemos resolverlo en ese instante, dejamos escritas esas mentiras. Ya habrá tiempo de modificar el perfil cuando tengamos algún interés copado (y nos dejamos esa nota mental: empezar a buscar algún curso de algo).
Gustos personales: Ahora sí, la pregunta que vale. Lo básico: música que escuchás, libros, películas, viajes, comidas, qué te gusta hacer en tu tiempo libre. De tanto ver este tipo de datos, he aprendido a clasificar a las mujeres en diferentes grupos de tortas. Hice una tipología de las amantes del cine, de las que leen ciertos libros, de las que saben de tal tipo de música y de las que no tienen nada que ver con mis gustos (que ni clasifico). Tanto he podido encasillar sus ficheros, que no me gusta ninguna. Les cazo el molde y me aburro. Aunque seguramente yo también tengo un fichero particular y encaje en algún cajoncito clasificatorio de las mañas de cualquier otra obsesiva.
Qué buscás: A veces me sorprendo cuando las tipas afirman que buscan solamente "Amistad". No puedo creer que alguien ingrese en estos antros de la identidad humana sólo para hacerse amigas. Amigas me hago en cualquier circunstancia, los amigos se hacen sin esfuerzo y casi por casualidad, pero si me tomo el trabajo de confeccionar una tipología de mi persona, el único objetivo es conseguir minita. Las que buscan amistad suelen ser las heterosexuales curiosas que, obviamente, tampoco están buscando amistad. Aunque una se siente medio rara admitiendo que busca "Pareja" o "Sexo". Entonces le ponés también "Amistad", por si algo no sale bien con una tipa a quien eventualmente conozcas en persona y así podés ampararte en el hecho de que en tu perfil avisaste que también buscabas amistad.
Foto: Hete aquí el quid de la cuestión. Todas tenemos un gusto particular, alguien que nos parece bella a nosotras, vaya uno a saber porqué, aunque no sea necesariamente tan perfecta como la cofradía de los niños de Cris Morena. Pero pensemos que estás leyendo esto que escribo en la privacidad de tu momento personal. Estamos solas. Vos lectora y yo escritora. Vamos a decirnos un secreto. Y como estamos solas, podés admitirlo. No hay nada más importante que la foto. Porque sí, la tipa puede amar la poesía, curar niños, combatir el hambre y tocar la guitarra como Santana, pero si la jeta no te gusta, no hay mucho para hacer. Leés su perfil y pensás: loco, ojalá me gustara, porque parece una mina super interesante. Mirás varias veces la foto a ver si podés encontrarle un rasgo que te parezca agradable, algo, alguito que la pilotee. Pensás que capaz, si te juntás a tomar algo y la ves vis-à-vis, quizás la zafe con el nivel de conversación o tenga algo realmente copado que pueda redondear el negocio para arriba. ¡Suerte con eso!
Por eso cuando veo que hay tipas que han puesto fotos de perfil que sólo pueden calificarse como inadmisibles, les pregunto retóricamente: Flaca, ¿en qué estabas pensando? Las feúchas pero sagaces, suelen tener la delicadeza de photoshopearse un poco, elegir la mejorcita de sus fotos, ponerla en blanco y negro, o quizás sólo poner imágenes de partes de su cuerpo y cara. Al menos el misterio de la mujer fraccionada, que genera más esperanzas que la cruel realidad de la mina que se puso la peor foto que sacó con su celular bajo un tubo de luz mortecina.
Pero aunque la foto sea mucho, no es todo. Y aunque sus gustos, sus hobbies y su color de zapatillas puedan hablar de ella, dicen muy poco. Si algo te gusta de ella, no es ese inventario de cosas. Es eso que te pasa cuando la ves. Me he topado con gente con la que concidíamos en músicas e intereses. Pero el humor, la mirada, la forma como pensaba la vida o su manera de caminar... simplemente no iban conmigo. Con foto, charlas y listado de hobbies aprobado.