Buscando el amor en los placares,
poniéndole la cola al burro.
Disfrazando pantomimas
con pelucas de romance.
Ténue como la buena falacia,
se escapó un día el verano.
Amatista violeta para el equilibrio.
Una docena de buenos libros.
Clases y talleres.
Puñados de ropa nueva.
Los ojos de papá cuando está orgulloso.
Una ducha caliente.
Risotadas y abrazos.
Un paseo en bicicleta.
Domingos y feriados.
Otoño será de obsequios.
Agasajos de mí,
para mí.
Mi propia hija única.
lunes, 29 de marzo de 2010
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"...Tenue como la buena falacia..."
ResponderEliminarHija de ti misma.
((Excelente)).
Qué lindo ser tu propia hija única, y recibir regalos en otoño. En invierno los abrís.. y en verano?? :S
ResponderEliminarExisten las pelucas de romance? Dónde? :)) Quiero una.
simba**
Bueno doña Lucía, para que no crea que ando haciéndome la guarra nomás... me quedan algunas espiritualidades.
ResponderEliminarexcelente!
ResponderEliminaroh es tan bello..!
ResponderEliminarme sacaste esa sonrisa que se me escapa con las poesias hechas trazo de liniers.
me parece tan bien! me diste ganas de tener una hijita unica a mi tam bien!
Con dolor te pariste a vos misma, sin embargo te gusta tenerte de hija...
ResponderEliminarQué bueno esto. Stacatto.
ResponderEliminar((Leí por ahí que alguien mencionaba mi nombre...))
ResponderEliminarLindo! :)
ResponderEliminarun poco de amor propio?
ResponderEliminarSiempre es buena la dignidad
ResponderEliminarPasaba por aqui saltando de blog en blog. Buen espacio.
ResponderEliminarQué cosa que el parto tenga que ser doloroso hasta para alumbrarse a uno mismo, eh?
ResponderEliminarPero es así, efectivamente.
Ahora ya estás en la parte buena, porque (te) tenés a la beba en brazos y te dedicás a mimarla(te) y disfrutarla(te).
Pero fue necesario un laaaargo trabajo de parto para esto.
Y todo por culpa de la manzana y la serpiente...