viernes, 13 de agosto de 2010
El equipo de Boca
Malena había pedido para Reyes el equipito completo de Boca.
- ¿Botines incluidos?- bromeó alguien.
Pero mamá no se acordaba.
El caso fue que el año anterior Male había pedido una pelota. Vaya y pase; los varones también suelen jugar con muñecas o con la ropa de las madres.
El equipito de Boca, sin embargo, había sido demasiado.
“¿Demasiado?”, se preguntaba Malena cada vez que mamá repetía esa historia. Nunca supo lo que significaba que un conjunto de ropa fuera “demasiado”. Male sólo quería jugar a la pelota con sus compañeros, haciendo alarde de su nueva remera azul y oro, con la publicidad de Fate en la pechera. Quizás, con el número diez estampado en la espalda, para que todos supieran que ella era delantera. Nada de negociar un mediocampo y menos el arco. Male tendría el diez y, si la remera lo decía, no podría ocupar otra posición que no fuera la de goleadora oficial del plantel.
Pero el 6 de enero no la esperaba sobre las zapatillas, a un costado del pastito, el regalo ansiado. No había nada que ella hubiera recordado con el cariño que hubiera sentido por el conjuntito xeneize. Seguramente un carísimo juego de mesa, algunas golosinas y varios regalitos perfectos, suficiente para apalear lo que mamá no quería regalar. No. Para mamá era “demasiado”. Y eso, incluso en la época en que Malena todavía no había dicho nada.
Papá quería una nena. Una nena dulce, que le hiciera mimos y se pareciera todas sus ideologías. Cuando cumplió 10 años, papá le compró una pollerita de jean para que usara en su fiesta. Malena, apenas convencida por las insistencias de papá, se calzó la pollera dejando al descubierto sus rodillas lastimadas de tanto centro al arco. Pollera de jean, rodillas raspadas. Esa era Malena, antes siquiera de cualquier revelación.
La maestra no se resignaba. Le había pedido una decena de reuniones a mamá y papá. Malena no se comportaba, no hacía silencio y tenía el guardapolvo sucio. Se quejaba siempre, no se estaba quieta. No era amiga de las demás nenas, no jugaba con ellas en los recreos. No se llevaba bien con los nenes de otros grados. Con una alumna así, no se podía. Simplemente no se podía.
A Malena ya habían empezado a gritarle “marimacho” en los recreos y durante la formación del izado de la bandera. Nunca se lo contó a la maestra. No podía decir tanta vergüenza. Todo lo había guardado en el secreto de las cosas terribles, muchos años antes de poder pronunciarse.
Mamá decidió insistir un tiempo más. Hebillitas, bicicleta rosa, maquillajes para jugar.
Pero Malena quería jugar a la pelota. Nada más. Y que alguien le regalara el equipito de Boca. Pero eso, para todos, era demasiado.
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"La niña puede descubrirlo también por multitud de otros caminos: todo la invita a abandonarse en sueños en brazos de los hombres para ser transportada a un cielo de gloria. Aprende que, para ser dichosa, hay que ser amada, y para ser amada, hay que esperar al amor. La mujer es la Bella Durmiente del Bosque, Piel de Asno, Cenicienta, Blancanieves, la que recibe y sufre. En las canciones, en los cuentos, se ve al joven partir a la aventura, en busca de la mujer; él mata dragones, lucha con gigantes; ella está encerrada en una torre, un palacio, un jardín, una caverna, o encadenada a una roca, cautiva; ella espera."
ResponderEliminar(Simone De Beauvoir)
Un deporte tan divertido como el fútbol y siguen insistiendo con excluirnos! Desde la Comisión de Juventud del Consejo de Mujeres de Morón (Bs As), donde participo, abrimos fútbol femenino en el Gorki Grana, Castelar..Hay mujeres desde 10 a 30 años.. Se cercaron porqe en ningún otro lugar se ofrece este tipo de espacios. Vinieron con muchos prejuicios en su familia y amigos, tipo "se te van a deformar las piernas, no vas a poder usar pollera" hasta comerse las caras de interrogación cuando van a comprar un par de botines (onda, y los zapatos?) Bueno, ni hablar de la "poca femineidad" y la a sociación directa a "sos lesbiana" en tono de burla o acusación..
En fin, me cebo demasiado con estas cosas.. muy buena entrada..! la saludo mucho :D
Hay dos cuestiones que me resuenan de un texto que casi podría firmar yo (y otras tantas tortas... a hacer cola, pibas): el temprano "marimacho" (medalla de la escolaridad primaria, esa y no la de ser abanderada) y el silencio... lo indecible en el umbral de la boca de una pequeña, aprendido tan pronto y tan bien. Todavía me pregunto si esa inefabilidad me habrá hecho poeta... en fin, pero que soy bostera, soy de bostera.¡Muy bueno el texto!
ResponderEliminarBuen texto wapa me gusto leerte, aunque a mi nunca me ha llamado la atención el futbol, pero si el desarrollo deportido, en fin nos estamos leyendo υne вaιѕer ;)
ResponderEliminarYo de chica pensaba que la camiseta de Boca decía fateó... y tenía una pelota azul y amarilla =)
ResponderEliminarSencillamente genial.
ResponderEliminarMaquillaje, bicicleta rosa, y hebillitas... a mí también me disfrazaban de niña.
ResponderEliminar:))
Ay dios...
Acabo de formar mi equipo en el gran DT, lo llame... Hartas de los tacos... coincidencia??? I dont think.... Genial como siempre chiqui!!! Na.
ResponderEliminarEs genial, plasti. Me gusta mucho el tono y como está escrito. Corto, sensillo y con una sensibilidad enorme.
ResponderEliminarBuenisimo.
Me encantó este relato... Muy dulce, muy tierno y muy solitario. Realmente lográs que el lector se ponga en tu lugar. Hermoso texto, felicitaciones.
ResponderEliminarNora.