sábado, 17 de diciembre de 2011

Nuestra verdad posible

¿Cuánto tiempo duran las verdades?
Si yo pudiera serme infiel, ahora mismo me prendería un cigarrillo. Aunque hace años que no fumo, lo encendería sin dudar. Lo fumaría mientras escribo, porque escribiendo tengo derecho a cualquier cosa, hasta a decirme mentiras. Puedo inventar realidades, porque al fin y al cabo ¿qué es real? Tanto tiempo creyendo en la física y nada de tiempo en la patafísica.

Entonces imaginemos:
Un día dicen que nací. Un día perdí un diente de leche, dos, tres. El Ratón Pérez, los Reyes Magos. La escuela, la luna, el amor. Dicen que algo de todo eso es real. Lo que toco es real. La luna no la toco, entonces ¿no es real?
El amor no lo toco.
Me tomo un avión y creo, imagino, que me caigo para abajo o me caigo para arriba. Al espacio. ¿Por qué no? Y dicen que dicen que eso es vértigo, pánico, ¡fóbica! Digo que un día me pasó todo eso y casi...
Pero puedo decirme mentiras. Puedo inventar que creo en esto que toco: una silla, mi pelo, el mapa de un país. El amor no lo toco.
El mapa de un país, entonces, es real. El país es real porque lo toco. La gente de ese país es real. Toco a la gente. No a toda. Dicen que en ese país la gente tiene ideas. Las ideas no las toco. ¿Serán reales? ¿Serán verdades?
Veo, escucho. Me lleno la panza de maíz y soles y música y mar. Todo eso debe ser real. Lo que no toco, también ha de ser real. Porque dicen que la luna es real aunque no la toco. Y dicen que el amor es real.

Ahora creo que al fin he llegado a una verdad: No importa qué sea real. Todo es un ladrillo sobre un ladrillo, sobre una ventana, sobre una escalera, sobre un ladrillo, sobre un sueño y así...
Lo hago todo a mi forma, porque lo que toco no es real y lo que no toco es real y hay tanto más allá de tocar.
El amor no lo toco, pero juego a que a veces huele a real.

Como siempre, abro una puerta y ahí está: La Verdad.
Y después todo se cae, porque es un ladrillo, sobre un ladrillo, sobre una ventana y así...
Hasta que abro otra puerta y ahí está, una vez más: La Verdad. Pero es otra.
Menos mal. No duran nada las verdades.

13 comentarios:

  1. Quizás por eso a veces no creemos en el amor. No lo tocamos, hasta que un día ese amor adquiere un cuerpo, una forma, un nombre... y ahí empezamos a creer de nuevo.
    Genial la entrada!

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  2. El amor como sentimiento se siente.
    El amor como actitud se observa en otra persona o se adopta en una.
    El amor como compromiso se demuestra día a día.
    Que significa no creer en el amor?
    Que una no ama?
    Que a una le han lastimado?
    Yo no se si esa cosa blanquecina que suelo ver en lo alto algunas noches será lo que dicen. Supongo que si. Me creo que si. Pero que significa que el amor huele a real? Que una no sabe si quien dice querérle realmente le quiere? De veras puede no saberse o es que una quiera creer que esa persona le quisiera mas de lo que le quiere? O...?

    A saber.

    Un texto genial escrito.
    A mi me ha transmitido confusión. Una persona que duda de lo que percibe y entonces ya no sabe que es real o que no. Esta bien como ejercicio intelectual. Es muy duro cuando es el lugar en al que una se encuentra.

    Me añegro infinito de leerte. Eres una gran escritora.

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  3. Te leo (con algo de envidia) y veo un estado que me acosa hace días. Los cambios de paradigmas nos desequilibran. Pero siempre hay algo nuevo detrás. No importa si es real o no. Sus secuelas en mi... esas si son reales.

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  4. ... me lo dijo mi profesor, uno no se puede bañar dos veces en el mismo rio..todo cambia, hasta la verdad..la verdad no la toco, pero la siento en las palabras de aquel que lo dice o lo escribe.. igual que el amor..
    como dijeron por alla arriba, sos una gran escritora.. por lo menos esa es mi verdad..=)

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  5. Lo real es lo real. El amor por amor no lo es. Estragia que vela lo real, un engaño. Hasta que algo se re-vela y el amor cae, como ciertas verdades. Existen amores verdaderos y de los otros. Algunos que adormecen y de los otros, los verdaderos. Esos que despiertan puesto que no se reducen a ser solo amor sino deseo. Lo real no se toca, se siente porque no engaña.
    He estado dormida dos veces, una sola desperté. En las primeras fui neuróticamente feliz. En la última padecí, sufrí, lloré de verdad -de verdadero, desear locamente. Viví, por fin. Me moví.
    El amor como lo entiendo yo, es solo movimiento. Después están los otros, solo una palabra.

    Gabriela.
    Un gusto seguir una recomendación que me trajo hasta su blog.

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  6. Bueno, a mí no me parece que sea tan simple como "lo real es lo real". Sí, si habláramos de una realidad colectiva, la que el común de la gente elige habitar. Ese sistema de valores, esas leyes de la física, esas costumbres. Me parece que la única manera de que algo sea real es que uno elija creer en esa realidad. Y no quiere decir que eso que uno eligió tenga entidad en sí mismo, sino más bien que uno elige que va a creer en eso, que va a jugar ese juego: Acá me bajo de la nebulosa de lo incierto; esta es la realidad a la que yo elijo pertenecer. Es nada más que una puesta en discurso. Y es tan poca cosa lo real, es tan pequeño como una elección (formar parte o no) que no puede ser más que un acto de fe. Porque si lo pensás, el amor no es más que una serie de reacciones físico-químicas. Quiero decir que no es más que lo que le pasa a tu cuerpo ante estímulos físicos y neurológicos determinados. Es tan concreto como una silla. Entonces si creemos en la realidad colectiva que le pone cuatro patas a un elemento de madera y le dice "silla" y la usa para sentarse, bien podríamos creer en la serie de reacciones que terminan generando el sentimiento al que llamamos amor. Pero ¿por qué estos seres, estos hombres, respiran, hacen sillas, aman? ¿Por qué en este planeta? Es tan azaroso todo eso, que no puedo pensarlo como real. Somos porque sí. Amamos porque sí. ¿Por qué a ella y no a otra? ¿Por qué justamente con ella se da esa serie de reacciones físico-químicas que generan lo que llamamos amor? Es tan azaroso como la vida en la Tierra. El problema del cómo está resuelto científicamente. El problema de las causas es justamente lo que me hace pensar que todo es un acto de fe. No podemos decirnos porqué, porqué vivimos, porqué amamos a tal persona. Somos un sinsentido. Entonces para mí no hay realidad posible. Sólo podemos creer, tener fe, que la realidad que elegimos habitar, es. Y que la persona que nos sumerge en determinada realidad que se nos presenta elegible, maravillosa, es; y que lo real es con ella. Al menos hasta que aparezcan otras verdades, otras realidades.

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  7. Tus palabras me permitieron llegar a una simple conclusión. Será por algo que no decimos ‘los reales’ y sí, es correcto decir ‘las verdades’, ‘las realidades’. No permito confundir lo real con una realidad. Creo que hasta podría caer en la tentación de preguntarme si podemos hablar de una ‘realidad objetiva’, mi respuesta es rápida: No. ‘Realidad colectiva’, podría creerte y apostar a ese concepto, pero dudo desde el momento que mi realidad es distinta a la tuya, pero en un punto nuestras realidades podrían cruzarse para poder decir que conectamos en algo y hasta podríamos entendernos. Dado que el entendimiento no es sino otra dimensión del engaño, digo sí, estamos hablando de un acto de fe.
    Respecto aquello que vos llamas amor y en última instancia has definido como ‘acto de fe’, solo puedo gritar: ¡qué maravilloso! Simplemente, amor es creer en alguien y realidad supone creer en algo como si ese ‘algo’ fuera lo real. Cuando vos decís “el amor no es más que una serie de reacciones físicas-químicas”, yo a eso puedo llamarlo ‘calentura’ y siendo más crédula podría hasta osar concebirlo como ‘enamoramiento’. Poco importa cómo nombremos esa ‘serie de reacciones’, el único objetivo de poner nombres a la ‘cosa’ es para creer que podemos entendernos y creer saber de qué está hablando el otro. Nunca alcanza.
    Yo prefiero creer que entiendo que vos entendes que esa “serie de reacciones” es algo real y llamarlo amor es solo un acto de fe, y enhorabuena que así sea, sino caeríamos en cin-ismo. Otros a esa “serie de reacciones’” podrían llamarla ‘posesión divina’ o ‘diabólica’ según su realidad. Yo no puedo cuestionar eso, nunca.
    Yo, creo. Cuando una mujer despierta alguna “serie de reacciones” en mí creo estar enamorada, porque es esa y no otra, ni siquiera me pregunto por qué ella, ciertas cosas no se cuestionan, porque en el momento de preguntarnos si eso es, deja de serlo. Deseo. Amo. Pero, cuando una persona deja de causar esas reacciones, ¿puedo ser injusta y decir ya no la amo? Claramente, puedo amar a una persona que no me despierta ganas de tirar una pared usando la fuerza de los cuerpos. Y puedo amarla por mis justas razones, todas verdaderas. Simplemente, ya no la deseo. Pero el deseo, el goce y el amor tampoco se confunden, pueden coincidir, eso sí, y cuando eso sucede…

    Gabi.

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  8. ¡Qué atrevida resultaste ser!

    Gabriela.

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  9. Escribís muy lindo, piba.
    Vuelvo a llegar a ti, pero esta vez por otro camino.

    Te mando un abrazo.

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  10. Mmm... ¿existe lo real?, ¿existe la verdad? podemos conocerla?. Me recuerda a un debate epistemológico.
    Eso que observo, existe mientras lo observó , lo pienso, lo toco, cuando dejo de relacionarme de alguna forma con eso, eso para mí deja de existir. Por lo tanto ese "objeto" existe mientras yo "sujeto" le doy existencia. Entonces lo que existe es una relación entre " eso" y yo. entre yo y esa persona, entre yo y el mundo, entre yo y la realidad, que depende de mi.
    Hay una realidad? Hay realidad? yo creo que hay tantas realidades como sujetos capaces de acercarse a ella.

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