lunes, 2 de mayo de 2011

Después de las cinco



A las cinco de la mañana le había mandado un mensaje de texto la muy zarpada de Georgina, a pesar de que le había dicho cientos de veces que evitara los mensajes de borracha desesperada. El boliche estaba en su mejor momento, aunque el mejor momento del peor lugar, no sé qué carajo significa. Nosotras, por supuesto, pasadísimas de copas y todavía bien de plata, así que las copas no iban a dejar de pasar.
- Es cuestión de hidratación- me dijo Georgina.
- Pero se ve que a vos la piel te absorve a lo loco- contesté yo que, a diferencia de ella, tenía muy poca resistencia al alcohol.
- ¡Hay que tomar dos litros de líquido por día!
- De agua, no de cualquier líquido- contesté patinando las consonantes, muestra irrefutable de mi estado de ebriedad.
- Bueno, ¿pero qué tiene que le haya mandado un mensaje?
- Si hubieras estado tan segura, no se lo hubieras mandado desde el baño.
- Quería pensar. No se puede pensar acá con tanto ruido- se justificó ella. Yo dudé de qué tanto se podía pensar en el baño de un boliche, pero a esa altura no estaba para juzgar a nadie.
- Igual, Chorch... ¿Ahora qué? La mina no te contestó y vas a estar flasheando el resto de la noche.
- No. Para nada. La mina está haciendo la suya... Andá a saber. No pienso mambear, mami.

Georgina, o Chorch como le decía yo, como buena chonga, me decía "mami". A mí su "mami" me daba un escalofrío que evocaba todas mis fantasías de sexo carcelario. Pero Chorch sí mambeó, obvio. No enseguida. A la media hora, más o menos. Alguien nos había ofrecido un trago de procedencia dudosa y yo estaba evaluando si hacer uso del gesto generoso o mandarme a mudar. Y digo "alguien" porque no me acuerdo ni la jeta, pero debía estar por arriba de los 35 años, porque me acuerdo que nos contó que le decían "La Rata" y no puedo imaginar una mina con un seudónimo de esa índole que tenga menos edad. Yo dudé pero finalmente le entré duro y parejo, al trago, a La Rata nada más le hice una sonrisa y seguí bailando. La agarré a Chorch y nos fuimos para la otra pista. Pero ella estaba rara, como encendida. Y sí: mambeó.
- ¿Vos te das cuenta tu nivel de estupidez, no?- le dije con confianza, porque tanta amistad y licores nos daban la tranquilidad necesaria para putearnos siempre que hiciera falta-. La mina no te iba a contestar, era obvio. Si es una histérica. ¿Y qué ganás? Te cagás la noche. Y me la cagás a mí, de paso.
- A mí una mina no me caga la noche, mami.
- Escuchame, cátedra del macho argentino... estás flasheando. Justamente lo que dijiste que no ibas a hacer. Mirá, ni bailás. Y eso que acaban de pasar cuarteto. Yo esperaba que me revolearas un rato por la pista. O al menos que le hagas un encare a alguien. ¿No ves que estoy aburrida?
- Bueno, bancá...
- Bancá, nada. Son las cinco y pico, Chorch. ¿Qué digo yo siempre?
- Que a las cinco quedan las desesperadas.
- Y bueno, dale, plantá un encare y olvidáte de la histérica que debe estar durmiendo con su gato después de mirar una de Kusturica. ¡Un sábado a la noche, por dios! Vos le seguís el juego y la mina lo aburre hasta a Aliverti. Las cinco, Chorchuuu. Ponete los pantalones, loco. Clavá un encare que me cagaste la noche ya. Lo mínimo que pretendo es mirarte en chongo-acción.
- Ahí voy, mami. Ya tengo vista a una. Mirá... Esa, la de musculusa negra.
- Dale, andá. ¡Envalentonate!- la agité, mientras le pasaba lo que quedaba del fernet.

Georgina avanzó unos pasos hacia la tetona de musculosa que había divisado. Iba firme hacia su presa. Era hermoso verla actuar. Una chonga de pura cepa. Antes de llegar se acomodó un poco el pelo; no le gustaba que le quedara electrizado por la humedad del boliche. Yo la miraba mientras bailaba una cancioneta de moda. De pronto la vi frenarse, tomar su celular y volver hacia mí. Lo que seguía era esperable.
- Me contestó el mensaje- dijo tratando fallidamente de esconder su alegría.
- ¿Posta? ¿Qué dice?
- "Estaba durmiendo. Hablamos en estos días. Beso."- leyó ella.
- Bueno, genial... ¿no?
- Sí, ¿pero qué quiso decir con "hablamos en estos días"?... ¿Estará enojada?
- Chorch, dijiste que no ibas a mambear. Te dije que no mandes mensajes borracha. La puta que lo parió. Me vas a terminar de cagar la noche. ¿Vos qué le habías dicho?
- No me acuerdo. Te lo leo... Perá que busco... Acá está: "Creo que te amo".
- Sos decadente. No me dejaste ni reírme de las stripers porque estabas con esa cara de mierda. No bailamos cuarteto. ¿A qué vinimos? Andá a chamuyarte a la tetona porque te mato.

La tetona le terminó dando pelota, claro, porque Chorch es una chonga de ley. No hay forma de zafar de su chamuyo.
Además, ya eran más de las cinco y todas hacemos idioteces a esas horas.

10 comentarios:

  1. Dios, casi la vida misma.

    pd: voy a empezar a usar el "chongo-acción"



    Tierra.-

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  2. Genial la construcción de la escena. Aunque me intriga saber qué onda vos, como que no me queda claro. Abrazo.

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  3. jaja yo soy la que lo cuenta, che! a veces puedo estar a un costado, no? es un blog... cuando lo trabaje en forma de cuento, lo profundizo. entiendo a qué te referís. pero el blog demanda otros tiempos... un poquito más urgentes... y de longitud menor. no te parece? igual es discutible. después de todo la construcción del lenguaje del blog es una cosa totalmente nueva.

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  4. He tenido mis épocas de hacer eso de mandar msj justo en medio de una noche de boliche, y terminar arruinandomela a mi y a mis amigos o de quedar encantada con la respuesta.
    Pero como he tenido de las dos, tome la decisión de dejar de hacer esas cosas en los boliches porque no es acorde.La otra puede estar durmiendo, o en las que te imagines y la volas mal con la imaginación.
    Me gustó mucho la historia me hizo reir el contenido del msj: creo que te amo. Sencillo lo que tenia para decirle, jaja.
    Y si, posta que cuando entras al baño del boliche pensas esas cosas, he salido sacando buenas conclusiones sobre la vida.
    Mis saludos!!y que sigas disfrutando tus salidas!

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  5. Me hacés reir mucho. Me pregunto a qué boliches vas.

    Besos y gracias :)

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  6. Darío siempre poniéndole la velita a la torta.

    (Literalmente).

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  7. No viene mucho a cuento, pero recuerdo una vez a las 5 de la mañana terminar participando de un campeonato de lajedrez organizado entre la concurrencia acloholizada. (??)
    Malena

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  8. posta no podes ser tan graciosa te pasas

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