miércoles, 19 de marzo de 2014

Ese actuar sin raíz

¿Qué les pasa a las tortas con el estampado rayado? No importa eso. Hay cosas peores. Que una se siente en una clase de Arte y la gente debata la diferencia entre arte y artesanía citando algo así como una sapiencia de wikipedia o vaya uno a saber. El vox pópuli. Que evidentemente nunca les falló, porque si les hubiera fallado, ya se hubieran empezado a hacer las preguntas correctas. Qué es el arte, qué es mi vida, quién soy, qué es verdadero, qué significa todo. Preguntas correctas, señores. Que hay un 95% de gente que nunca se hizo ni se hará jamás. Eso es más importante que la manía de las tortas de llevar estampados rayados en sus musculosas o pullovers o pantalones (en los pantalones las rayas serían en forma vertical, por supuesto). Nada de esto importa. Soy capaz de perdonar esto, y lo hago, con tal de tener al lado una persona que se haga las preguntas correctas. Y que no se jacte de ser tolerante. La tolerancia ya pasó de moda. Y a quien no entienda porqué voy a explicárselo muy brevemente, porque si está cerca de entenderlo, mejor darle el empujón necesario. Sino, vendrán a decirme que la tolerancia es buena y qué sé yo y esa gente mejor que ni me lea. Porque no puedo explicarles nada. Ni tenemos nada en común. Suficiente será entonces poder dar el empujón necesario para ese pequeñísimo porcentaje que anda solo en el mundo sin entender porqué siempre se sintió tan para el carajo con el resto de la gente. Porque hemos tolerado demasiado. La falacia. La falta de compromiso. La LEVEDAD. Hay asuntos más importantes que estar definiendo si tal o cual profesor es malo. Aburre entrar a clase y escuchar este tipo de comentarios. No sólo aburre. Indigna ver que esta pueda ser la nueva generación de artistas. Gente que reproduce sin cansarse la fórmula del que piensa que ha ido más allá por leer a Galeano o irse a tomar un mate al parque y ponerse en patas. Gente que no se hará jamás las preguntas correctas. Porque es horrible. Lo que uno encuentra cuando pregunta bien, es casi imposible de tragar. Se te queda en la tráquea. ¿O se les hace tan simple llegar a mirar de frente ciertas verdades? que las conductas de mamá las tenemos incrustadas como mugre bajo las uñas. Y que papá no nos escuchó o nos abandonó o que tanta gente no nos quiso. No nos quiso. O que muchas veces en la vida nos sentimos horribles, inadaptados o inadaptadas (lo digo así no sea cosa que me vengan a correr con lo de la violencia de género porque no soy capaz de usar una X para generalizar las sexualidades y que todo sea más o menos lo mismo). Pero sí, inadaptadas, vamos a decir. Porque éramos bien tortitas casi desde nacimiento y vivimos no sé cuántos años tratando de hacer como que no, como que éramos parte de todo lo otro, tratando de entrar, aunque todos los demás fueran unos mediocres o al menos gente que tenía la suerte de que les saliera bastate bien la obsecuencia y calzaban justo con lo que la maestra esperaba de ellos o el jefe o la sociedad. Palabra que también ya me tiene bastante aburrida. Dudo de la humanidad como especie. Yo no quiero estar asociada a cierta gente. Ahí mi intolerancia. Porque con todo lo que duele y lo que cuesta ir hacia la verdad de uno y del mundo, y ojo porque en este trayecto más de uno casi pierde la cordura o la perdimos quizás, hay tantísimos que se dan el lujo de andarle de costado a todo. Y ni siquiera hablo de todos esos que no tuvieron posibilidades, porque el capital económico o el capital cultural o pepé burdié no les tocó la puerta para explicarles lo más mínimo de algunas cuestiones. Qué vamos a hacer con esos. Esos son los verdaderos intolerados. Y cuidado con quien diga que los entiende, porque nadie que haya tenido algún tipo de capital puede entender al que no tuvo nada o casi nada. No lo entiende. Cuanto mucho se solidariza (y hay que ver cuántos lo hacen desde la horizontalidad y cuántos desde la limosna). Hablo en realidad de los que sí pudieron ver la zarza. Se asomaron y vieron algo que se incendiaba y se volvieron a guardar para adentro. Convencidos de que el mundo se curaba simplemente con el veganismo o con el feminismo o con andar en bici o con ir a tomar mate al parque o con fumarse un porro y que esté todo bien porque la energía y la buena onda y a mí también me pasó todo eso. No se equivoquen. Yo también anduve por la bicisenda. Y la critiqué. Y también fui trotskista y vegetariana y me fumé miles de porros. Pero después la zarza seguía ardiendo y no me fumé ningún porro más. Y no hice rancho aparte para que a mí no me pegaran las malas vibras y todo sea luzluzluz y no me molesten en mi paz, ni le oculté la cara a todo lo terrible que hay en el mundo. No cerré los ojos cuando mis amigos me maltrataron a conciencia. Ni cuando veía la condescendencia de los boluditos clase media aspiracional con un pobre viejo que duerme en la calle o los nenes que no te piden comida, te piden plata y hay que echarlos de los restaurantes porque nos arruinan la cena. O peor, creer que ese nene se salva por hacerse el payaso con él durante 5 minutos. Creer que uno entiende algo de la vida porque por 5 minutos tuvo un acto que más que bondad tenía la miseria del que piensa que ese nene estaría mejor viviendo como nosotros. Y después ponerse a hablar del gobierno y de Sartre y enredarse en teorías y olvidarse por suerte ya del nene. Qué vergüenza todo. La falta de compromiso. Porque acá nadie puede hacer nada. O muy pocos pueden hacer algo y lo que se hace es muy pequeño. Pero si es pequeño, que sea verdadero. Esto es lo que importa. Algo que sea humano. Que nos cale los huesos. Hacerse las preguntas correctas. Quién soy yo. Qué es lo que verdaderamente quiero. No te olvides, esto puede llevarte hacia la locura. No te olvides, amor, que es mucho más fácil vivir lejos de lo verdadero, porque nos hicieron tanto daño. Y hay tan poca gente. Estamos casi solos. Todos los demás van a seguir asomándose tan sólo y corriendo después hacia el lado opuesto. Lo importante de esto es que nos hicimos las preguntas correctas. Y por eso yo estoy con vos y vos estás conmigo. Somos muy pocos. Y estamos desgarrados por la verdad. Pero con esto por ahora alcanza. El resto es simplemente hacer el camino cada uno solo, que ojalá nos lleve al arte y al amor, pero siempre a la verdad. Estamos hartos de la vida "Todo-bien". Por eso nos duele todo. Y por eso vos estás a veces en el abismo y otras veces yo. Ese actuar sin raíz. Eso es lo que nos agota. Ya lo dijiste vos, que lo dijo en realidad Alejandra.  No podemos tolerar más eso. Verdad hasta que se caiga toda la cáscara del mundo. O quizás porque no sabemos vivir de otra manera. Y por eso yo estoy con vos y vos estás conmigo.

24 comentarios:

  1. Yo me pregunto la mayoría de los días, quien soy, o que es verdadero. Te sigo hace mucho tiempo, y años atrás tuve la
    oportunidad de cruzar algunas palabras con vos. Estoy enamorada, completamente finiquitada de la escritora que sos. Ojala alguna vez, te encuentre, y pase horas (o solo una merienda) con vos personalmente, mirándote con puro amor y escuchándote. Un beso enorme sil.

    ResponderEliminar
  2. Sos un ser hermoso

    Y por eso yo estoy con vos y vos estás conmigo

    No podría ser de otra manera

    ResponderEliminar
  3. Después de tanto tiempo.Nunca mejor expresado. Gracias por escribir esto. Creo que igualmente no estamos sólas, solos, sino, sueltos.
    Que alegría leerla un ratito aunque sea.
    Saludos.
    Gabriela.

    ResponderEliminar
  4. “Algo que sea humano, que nos cale los huesos”. Menos manual de psicología/autoayuda/política y economía (según el gusto de cada uno) y más humanidad. Un gesto de humanidad que nos aleje de ser una estatua de hielo.
    Buena catarsis. Que se convierta en arenga.

    ResponderEliminar
  5. duele, tira, arranca, cachetea, golpea el acto de mirarse para dentro.
    Pero sobre todo
    Arde.

    te extrañe, aguanten tus textos.

    ResponderEliminar
  6. ¡Alegría la de encontrarla por aquí nuevamente!

    ResponderEliminar
  7. Pensé en esto:

    https://www.youtube.com/watch?v=y9LlnLTH87U

    ResponderEliminar
  8. huir lejos de esta sequía de hambre! es usted una persona inspiradora. muchas gracias!

    ResponderEliminar
  9. Volvé a escribir!!! o volvé a publicar, mejor dicho!!!!

    ResponderEliminar
  10. Cuando leí este texto me topé con verdad, y me dolió un poco, pero fué impresionante. Me esclareciste el cerebro. Gracias. Te mando un gran gran abrazo.

    ResponderEliminar
  11. te dejo lindo corto Los Conejos no hablan.: http://youtu.be/QZLYtFILoC4 :)

    ResponderEliminar
  12. Hace unos meses me empecé a enfrentar con algunas de esas preguntas que venía evitando, y en el medio de todo el caos que se hizo mi vida me acordé de vos.
    Quizás porque a veces las palabras acompañan más que las personas. No lo sé.
    Y hoy, después de tanto tiempo, entré y me encontré con...esto. Con toda esta confusión tan clara. Y sólo puedo decirte que me muero de ganas de darte un beso y ponerme a llorar...No sé cómo hacés eso de hacernos sentir, pero lo hacés bien.
    No sé...eso. Ojalá vuelvas pronto...(juli)

    ResponderEliminar
  13. Es lo más hermoso que alguien pudo haber escrito...
    Te entiendo mucho, me llamo Julia, soy lesbiana y de joven tuve que atravesar esto de conocer la verdad. Pasé por períodos de depresión siendo adolescente, fueron épocas muy duras pero hoy estoy feliz y tengo una compañera maravillosa a quien amo con todo mi ser.
    Vos pudiste poner en palabras aquello que a tantas nos pasa y no sabemos cómo decirlo, no es poca cosa tu logro, es lo que todo escritor tiene que llegar a lograr alguna vez... para que su escritura haya valido la pena.
    También escribo y no es fácil encontrar gente que entienda de estos temas, a veces está bueno compartir la propia escritura. Sería una lástima no poder contactarme con vos, te dejo mi mail: Juliagg_@outlook.com.
    Saludos cordiales!

    ResponderEliminar
  14. Extraño tanto leerte. Escribes en otro lado? Hay algún modo de leerte de nuevo?

    Katt

    ResponderEliminar
  15. Que fallo neuronal grave,es enfermedad terminal

    ResponderEliminar