lunes, 11 de junio de 2012

En el aire

Pero esa mujer era mía.
Y no era mía como un tomate.
Era mía como las venas
y aun a ambas les aguarda 

la misma putrefacción.

Somos mortales.
Quiero decir: Nos morimos.
Esa mujer era mía y estaba viva.
Era mía como un resfrío.

Nos estamos oxidando, querida.
¿Entendés lo que significa?
Somos un tornillo.
Somos menos que un tornillo.
Nos desgranamos.
Vamos dejando caer nuestra arena
en el aire.
 
Ella era mía y estaba viva.
Nos íbamos pudriendo juntas,
muriendo juntas.
Y era la más tibia de las muertes.

¿Qué moribunda mujer te reclama ahora?
Dice "Es mía como esta mesa".
Y te vas con ella,
de bocanada en bocanada
perdiendo pelos, piel, uñas,
dejando la vida una en la otra,
una de mano a la otra.
Desgranándote,
yéndote del mundo
sin mí.

¿Qué podrida mujer te ampara
en esta noche pulmonar,
bronquiolítica,
mucosa?
Te pudrirás con otra.
Serás trizas de otra.
Ya no me atravesarás como mis venas.
No eras mía como un resfrío.
Eras mi resfrío.

Ya nunca diré "Esa mujer era mía".
Nos estamos muriendo, querida.
Vos con ella.
Yo en este resfrío
o en el próximo.

7 comentarios:

  1. increible
    me parece increíble, terrible, genial,
    es
    increible

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  2. leo, no dejo de pensar que estoy resfriada y me reflejo en tus palabras...
    como siempre, un placer volver a leerte!!
    M

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  3. ¡Qué poder en tu palabra, che, piba!
    abrazo
    J.

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  4. Me hizo acordar mucho al Ya no de Idea.

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    Respuestas
    1. muy bien. sí sí. está un toque inspirado en eso, pero sin la añoranza por onetti.

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  5. Me gusta cuando leo que se me creen imagenes, y ver lo que leo como una pelicula. Cuando eso no sucede, siento que lo lei no fue nada para mi...

    Hoy lei, vi y senti.

    Gracias

    Be

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